miércoles, 18 de noviembre de 2009

un,dos, probando

No se cuantas veces habré comenzado un diario, un cuaderno de notas, o últimamente un blog digital donde dar a conocer lo que pienso o lo que me gusta o simplemente lo que recomiendo. Siempre he mantenido la misma curva de ilusión, desgaste y desidia que me obligan a abandonar cualquier tentativa de continuidad con este tipo de historias. Con frecuencia, me pregunto porque lo hago, porque me nace el impulso de escribir y compartir con vosotros un poco de mí. Siendo sincero me veo cada vez en un mundo individual, donde las prisas, la indiferencia y la soledad van ganando terreno de forma contundente. Ya me cuesta compartir pensamientos y sueños, quizás porque se me agotan poco a poco o simplemente porque ya no me permito soñar.

Escribo por mí, llego, me siento y como si fuera un cinéfilo del dogma escandinavo, me expreso en periodos breves. Nunca escribo mas de diez minutos y normalmente lo hago para expresar mi estado, mi emoción , mis sentimientos. Noto que a medida que escribo mi confianza crece, mi pena se diluye o mi alegría se relaja, al menos encontré un camino para mantener en cierta parte esa comunicación de antaño.

No se quién lo lee, ni tampoco se que piensan, ni que me aconsejan, eso ya queda demasiado lejos. Ni siquiera se si realmente a alguien la importa. Durante años he vivido pendiente de los demás y en ciertos aspectos me olvidé de mi mismo. Doy media vuelta, miro hacia atrás en mi vida y aparecen muchos fantasmas que se fueron o que aun permanecen flotando y atormentándome. No se que será de ellos, lo único que se es que ahora si sé porque escribo.

No hay comentarios: